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Jonny Cruz tenía dos problemas: Facebook y el miedo a "morir entrenando". Este actor de 36 años de West Hollywood (California) había empezado a trabajar como productor creativo en el gigante de las redes sociales, pero descubrió que las comidas y los tentempiés gratuitos en el trabajo eran una tentación irresistible. "Siempre he tenido un cuerpo delgado, así que no parezco pesado ni gordo", dice, pero comer todo el día le hacía ingerir muchas calorías de más. Esta es su transformación.
Mientras tanto, había dejado de hacer ejercicio. Todo empezó cuando intentó volver al gimnasio tras unos años de inactividad. De repente se dio cuenta de que cualquier ejercicio extenuante le dejaba mareado. "Empecé a preocuparme de verdad por si tenía algún problema de salud, pero no me atrevía a hacérmelo mirar", dice.
Eso le dejó en un aprieto, añadiendo más kilos mientras no hacía el ejercicio que necesitaba para quemar calorías. "A simple vista no se notaba nada en mi peso, pero yo sí lo notaba", dice. Cansado de sentirse lento y mareado, finalmente consultó a un cardiólogo, que le confirmó que su corazón estaba sano. Cruz se dio cuenta de que había creado sus propias barreras para volver a ponerse en forma; se sentía especialmente culpable por tener una novia que corre maratones mientras que a él le preocupaba que un entrenamiento pudiera matarle. Con 71 kg, su porcentaje de grasa corporal era del 19,24 por ciento.
Su médico le dijo que sus mareos probablemente remitirían a medida que hiciera ejercicio. Así que Cruz se lanzó a una transformación de seis semanas en Ultimate Performance. Su evaluación inicial fue seguida de un entrenamiento: "Fue genial porque no tuve tiempo de asustarme", dice. Se sentía al borde del mareo, pero a medida que avanzaba la sensación desaparecía. Pronto empezó a entrenar sin miedo.
Para arreglar su dieta, cambió a un plan de alimentación macro, registrando todo lo que ingería en MyFitnessPal. Nunca lo había hecho antes, y pronto aprendió el valor de controlar las grasas, los carbohidratos y las proteínas. Fue un reto, pero se dio cuenta de lo importante que era saber exactamente lo que comía. Incluso se apuntó a un servicio llamado MacroPlate, que le entregaba comidas diseñadas para ajustarse a su plan.
Báscula de baño para medir la grasa corporal
Por el camino, desaprendió algunos malos hábitos, incluida una forma que no le había sentado bien. "Fue muy doloroso, pero muy gratificante ver cuánto más peso o repeticiones hacía cada semana", dice.
A las dos semanas podía pellizcarse la grasa y notar que estaba más suelto. En seis semanas perdió más de dos kilos y bajó su grasa corporal a poco más del 10%, lo que le dio un aspecto súper esbelto. "Me sorprendió la cantidad de músculo que gané", dice. "No creía que pudiera adelgazar y ganar músculo como lo hice". Ahora está ganando masa muscular, sobre todo en las piernas.
Para él, la transformación consistió en sumergirse de lleno. "Comprométete a fondo con lo que quieres conseguir", afirma. Encuentra un entorno que apoye tu dedicación y te haga rendir cuentas. "La rendición de cuentas te mantendrá con los pies en la tierra al principio, ayudándote a dar forma a un nuevo hábito".
